Sergio Estévez, realizar una entrevista a Jesús Alcolea «Arte Alcolea» para conocer de su mano el proceso creativo de sus obras.

Puedes leer la entrevista completa a continuación:

¿Cuál es tu proceso creativo?

Mi proceso creativo es muy diferente según la temática y línea de trabajo. Mis obras se caracterizan por tener un profundo significado. Creo que los artistas tenemos la libertad y el compromiso de transmitir un mensaje a través de nuestra obra, un mensaje que provoque reacciones y despierte emociones en el espectador.

Siempre intento ser lo más original posible, casi nunca utilizo fotografías ni bocetos previos a la obra, ni siquiera un simple esbozo. Defino el mensaje, lo que quiero plasmar en la obra y como transmitirlo. Una vez desarrollada la idea en mi imaginario personal, calculo las medidas de la obra, fabrico el bastidor y comienzo la obra.

Lo más difícil para mí, es conseguir ser lo más fiel posible a mi primer pensamiento creativo.

¿Te ha influenciado algún artista?

Tengo varios referentes artísticos, Barceló, Tapies, Saura, Lucio Muñoz, por citar algunos. La materia me ha atraído mucho, el volumen y el relieve me ha fascinado desde siempre. 

También todo lo referente a lo humano, la multitud de personas y lo que nos intentan transmitir, la obra de El Bosco, Goya, Solana o Genovés me conmueve y maravilla, de hecho, mis «Diminutos» son un reflejo de la influencia que estos artistas han ejercido sobre mí y mi obra.

¿En qué estilo te defines?

Depende de la línea de trabajo, pero mayormente figurativo.

¿Qué sientes cuando creas?

Pues siento que estoy haciendo algo grande, que me va la vida en ello cuando estoy inmerso en la obra. No hay tiempo, ni día, ni noche, ni festivos, ni familia prácticamente, solo la obra. En mis últimas colecciones de «Diminutos» hay obras que tarde dos meses en realizarlas con una media de ocho horas al día. Es como una obsesión al ser tan complejas, cada obra es un reto para mí.

Es un trabajo muy duro, pero tiene su recompensa al terminar la obra y ver el resultado final. La satisfacción personal y posteriormente el reconocimiento del público, para mí no tiene precio. Creo que es el trabajo más gratificante y maravilloso del mundo.

¿Próximos proyectos?

Ahora estoy inmerso en mi última colección en la cual llevo trabajando el último año, «La Grandeza de lo Diminuto». Una muestra en la que homenajeo a grandes maestros de la pintura, representando sus obras más conocidas a través de mi técnica de «Diminutos».

«La Grandeza de lo Diminuto» es una alegoría sobre lo humano, en la que miles de personajes minúsculos, organizados, en paz y comunión, se reúnen en un espacio claro y allanado a modo de lienzo con un objetivo en común, representar imágenes de cuadros que han quedado marcadas en su memoria y utilizando como si fuese un pincel, solo sus cuerpos y la sombra que proyectan los mismos.

Obras de Picasso, Dalí, Sorolla, Magritte, Delacroix, Velázquez o Goya, por citar algunos, formar parte de esta muestra expositiva en la que el color toma un gran protagonismo. Cada una de las obras nos evoca un sentimiento a través del color.

El rojo como símbolo de peligro o miedo en el baile de las brujas de Goya. Los azules nostálgicos de la muchacha en la ventana de Dalí, en la que es la humanidad la que contempla el mundo tras la ventana, o los verdes marinos de Sorolla que nos despiertan un sentir vacacional.

Detrás de cada obra hay un complejo proceso creativo. Un estudio minucioso del original, su composición y perspectiva, siempre buscando la ubicación definitiva de cada ser diminuto que compone la imagen final, el paso previo a un duro trabajo de semanas e incluso meses, ya que hay obras en las que puede haber cientos de miles personajes diminutos. Cada obra contiene mil obras en su interior, haciendo patente y dando ejemplo una vez más, que la unión hace la fuerza.

Una colección que cuenta historias gigantes a través de seres diminutos dotados de fuerza colosal.